Los centros de datos entran en una nueva era impulsada por la IA. La adopción acelerada de la inteligencia artificial está redefiniendo la infraestructura de los centros de datos, obligando a las empresas a repensar su diseño, capacidad y sostenibilidad.
Lima, Perú, 6 de noviembre de 2025.— La acelerada adopción de la inteligencia artificial (IA) está redefiniendo las bases de la infraestructura digital. Desde la hiperescala hasta el edge computing, los centros de datos (datacenters) se transforman en núcleos inteligentes que sostienen la continuidad operativa, la seguridad y la competitividad de las organizaciones.
Sin embargo, esta evolución no es lineal: es disruptiva. Como señaló Víctor Juárez, gerente de Desarrollo de Negocios para América Latina en Panduit, durante el evento Data Center 4U Summit, “estamos frente a un cambio que no solo incrementa la capacidad requerida, sino que impone nuevos retos en energía, redes y enfriamiento que, bien gestionados, representan oportunidades de negocio”.
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Latinoamérica: un mapa de hubs digitales en expansión
El crecimiento del mercado regional es vertiginoso. México se consolida como un polo clave con desarrollos en Ciudad de México, Querétaro, Guanajuato y Monterrey, mientras que en Sudamérica destacan Bogotá, Medellín, Río de Janeiro, São Paulo y Santiago.
Este avance requiere velocidad y planificación, pues la IA crece a una tasa anual del 40%, según Grand View Research, y para 2025 el 10% del consumo energético de los centros de datos estará destinado a cargas de IA (Uptime Institute).
El desafío regional se centra en garantizar capacidad eléctrica escalable, gestionar densidades superiores a 25 kW por rack y soportar velocidades de 400G y 800G, todo bajo un modelo sostenible que optimice recursos y reduzca la huella de carbono.
Infraestructura lista para la inteligencia artificial
Las cargas de trabajo de IA demandan hasta 10 veces más potencia por gabinete y cuatro veces más cableado de fibra óptica que un centro de datos convencional. Por ello, la adopción de voltajes más altos (240/415V), rPDUs de 60/63 amperios y gabinetes compatibles con refrigeración líquida ya es una prioridad.
Juárez destacó que las tecnologías de enfriamiento líquido, como intercambiadores de calor traseros (RDHX), refrigeración directa al chip o inmersión total, pueden reducir hasta un 92% la energía usada para refrigerar un servidor. No obstante, su implementación debe planificarse cuidadosamente, considerando la infraestructura existente —por ejemplo, la altura del piso técnico y la coexistencia con sistemas de aire—.
El panorama energético también está evolucionando: según McKinsey, para 2027 el consumo energético de la IA generativa duplicará al de todos los centros de datos de EE. UU. en 2022, impulsando alternativas como la energía renovable in situ y los pequeños reactores nucleares modulares (SMR).
Anticipar el futuro: modernizar sin perder el paso
Uno de los mayores riesgos es la obsolescencia prematura de centros de datos con menos de una década de operación. Muchos fueron diseñados para una carga estática y hoy enfrentan límites físicos frente a las exigencias de la IA.
El reto está en anticipar actualizaciones y convertirlas en ventaja competitiva. La modernización no debe verse como un gasto, sino como una oportunidad para reposicionarse”, enfatizó Juárez.
En este nuevo paradigma, la eficiencia operativa, la sostenibilidad y la escalabilidad se entrelazan como los ejes estratégicos de una reinvención inminente. Adaptarse a tiempo será el punto de inflexión entre quienes sobreviven al cambio y quienes lo lideran.
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