El uso de videojuegos comerciales ayuda a aprender programación básica. Una reciente investigación de la UOC detecta un aumento de la confianza del alumnado que juega y recomienda establecer ciertas pautas didácticas para reforzar el efecto beneficioso. Los participantes en la investigación, mayoritariamente entre los 30 y los 40 años, afirmaron que, cuanto más jugaban, más progresaban en el curso y pensaban como un ordenador
Barcelona, España, 4 de junio de 2025.— En un entorno cada vez más digitalizado y conectado, la demanda de programadores informáticos no para de crecer y, en consecuencia, también lo hace la necesidad de formación para generar nuevos especialistas de la codificación.
Los videojuegos y el estudio de la Programación
Cuando se habla de Programación se suele tratar de profesionales de otros sectores que quieren reorientar su trayectoria laboral y, en estos casos, la adquisición del pensamiento computacional y de las habilidades de programación tiene una importancia clave para que puedan triunfar en este proceso.
Un estudio impulsado por la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) ha identificado un nuevo recurso didáctico que les puede ayudar en este objetivo: jugar a determinados videojuegos que están al alcance de todo el mundo con el único objetivo de entretenerse.
Joan Arnedo, del Grupo de investigación en Aprendizajes, Medios y Entretenimiento (GAME) —adscrito a la unidad de investigación sobre cultura, creatividad, justicia social, pensamiento critico y humanidades—, y David García Solórzano del STEAM University Learning Research Group (EduSTEAM) —adscrito a la unidad de investigación sobre educación y elearning—, ambos profesores de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la UOC, han llevado a cabo un estudio con un grupo de alumnos de la universidad que ha demostrado la utilidad de dos videojuegos comerciales para reforzar la confianza del alumnado que estudia los cursos de primer nivel de programación.
La literatura científica ya había validado la utilidad de los juegos creados expresamente con este propósito, lo que se conoce como serious games; en cambio, las investigaciones con juegos que están al alcance de todo el mundo no resultan tan habituales.
El estudio, publicado en abierto en la revista Entertainment Computing, siguió durante un periodo de seis semanas la evolución de más de medio centenar de alumnos de la UOC de perfiles diversos, con una base importante del grado de Ingeniería Informática, pero pasando también por el grado de Ciencia de Datos Aplicada (Applied Data Science), el grado de Ingeniería de Tecnologías y Servicios de Telecomunicación e incluso el máster universitario de Diseño y Programación de Videojuegos.
Los investigadores animaron al estudiantado, de entre 18 y 63 años y todavía sin capacidades avanzadas de codificación, a jugar a los títulos Human Resource Machine y 7 Billion Humans.
Son dos de los juegos de programación mejor valorados en las principales plataformas digitales de distribución de videojuegos —explica Arnedo—, y nuestra hipótesis era que, por su contenido, podrían ser útiles para disminuir la fricción en el aprendizaje en una asignatura inicial como Fundamentos de programación. Sabíamos que, no por el simple hecho de jugar, todo el mundo empezaría a sacar dieces, pero nos interesaba ver si, por ejemplo, se reforzaba la autoconfianza del estudiantado en la capacidad de superar la asignatura y hemos visto que, efectivamente, es así».
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