La neuromodulación no invasiva es eficaz contra la depresión y puede enlentecer los efectos de enfermedades neurodegenerativas. Nace UNNE Instituto de Neuroestimulación, una nueva spin-off de la UOC para promover técnicas como ésta en personas con ansiedad o depresión. La herramienta terapéutica también puede ayudar a retrasar los efectos del alzhéimer y a mejorar el bienestar tras un ictus, entre otros trastornos
Barcelona, España, 25 de junio de 2024.— Una persona con formación especializada coloca dos electrodos, un ánodo y un cátodo, en la cabeza de otra persona. El ánodo se sitúa a un lado de la cabeza. El cátodo, en la frente, en el lado contrario. Mediante una pequeña máquina, algo más grande que un teléfono móvil, se induce una corriente eléctrica de muy baja intensidad que fluye entre ambos electrodos.
Este procedimiento aumenta la actividad de las neuronas que se encuentran bajo el ánodo, que en enfermedades como la depresión o el alzhéimer tienen menor actividad. Así es cómo funciona una innovadora y prometedora herramienta terapéutica para tratar enfermedades mentales y neurológicas, de forma que puede facilitar una recuperación mejor y más rápida en casos de depresión, ansiedad o ictus, o enlentecer el irremediable deterioro cognitivo que sufren, por ejemplo, las personas con alzhéimer.
La técnica es la estimulación eléctrica transcraneal. Este procedimiento y la estimulación magnética transcraneal, que tiene efectos similares, son las dos técnicas más empleadas en la neuromodulación no invasiva. Investigadores de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) quieren potenciar el uso de estas técnicas en la práctica clínica, por lo que han creado la spin-off UNNE Instituto de Neuroestimulación, proyecto finalista del SpinUOC 2024, programa de emprendimiento de la universidad que celebrará su jornada final el 27 de junio, abierta al público, para dar a conocer ocho proyectos innovadores.
A pesar de que la investigación clínica centrada en la eficacia de la neuromodulación no invasiva no tiene tanto recorrido como otras áreas de conocimiento, los resultados son prometedores y muestran mejoras clínicas en diferentes patologías. Además, como subrayan los responsables de UNNE, no se trata de tratamientos aislados. Deben combinarse con el resto de terapias que se conocen en la actualidad y que son eficaces en cada enfermedad, como pueden ser la estimulación cognitiva, la farmacoterapia, la logopedia, la actividad física o la alimentación.
Esta capacidad para combinarse con otras intervenciones es otra de las grandes ventajas de estas técnicas, que la spin-off aplica en los servicios clínicos que lleva a cabo con el madrileño HLA Hospital Universitario Moncloa, en donde se localiza físicamente.
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Eficaz contra la depresión, la enfermedad mental más común
Según referencia la Fundación de Educación para la Salud —a partir de un informe de la Fundación de Ciencias del Medicamento y Productos Sanitarios del 2021—, unos tres millones de personas tienen un diagnóstico de depresión en España, con lo que es la enfermedad mental más prevalente del país.
En personas con depresión resistente a los fármacos, tanto la estimulación magnética como la estimulación eléctrica transcraneal se han demostrado muy eficaces.
En la depresión, como en el alzhéimer, hay una importante área del cerebro que está hipoactivada —es decir, caracterizada por un déficit de actividad. Se trata de la corteza prefrontal dorsolateral izquierda, que podríamos definir como el director de orquestra del cerebro humano. Se ha demostrado que, aumentando su activación, mejora la sintomatología. Y la translación de una enfermedad a otra es muy evidente», explica Elena Muñoz Marrón, neuropsicóloga clínica y coinvestigadora principal del grupo Cognitive Neuroscience and Applied Data Science Lab (NeuroADaS Lab) del eHealth Center y profesora de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC.
De hecho, indica la profesora, el uso de estas técnicas para la depresión, entre otras patologías, está aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de los Estados Unidos y por la Unión Europea.
Veinte minutos al día para demorar los efectos del alzhéimer
En cuanto al alzhéimer, se han publicado estudios en revistas científicas de referencia sobre el uso de la neuromodulación no invasiva, como por ejemplo, en 2022, en la Journal of Clinical Neurology o, en 2020, en Aging Clinical and Experimental Research. Según datos de la Sociedad Española de Neurología, esta enfermedad afecta a más de 800.000 personas en España. «Además, si les sumamos quienes padecen otras demencias y a sus cuidadores, impacta a unos tres millones de personas», calcula Juan Luis García Fernández, miembro del equipo y neuropsicólogo clínico de la Asociación de Familiares de Personas con Alzheimer y Otras Demencias de Barcelona (AFAB).
En el caso de esta enfermedad neurodegenerativa, el protocolo con el que trabajan los profesionales de la spin-off de la UOC consiste, en una primera fase, en veinte sesiones diarias de veinte minutos cada una, de lunes a viernes, durante cuatro semanas. «Como todas las intervenciones en estas enfermedades, cuanto antes lo hagamos, mejor. En el caso de pacientes de alzhéimer muy deteriorados no funciona, porque se necesita que la plasticidad cerebral esté preservada en cierta medida; las neuronas necesitan tener algo de capacidad de funcionamiento», explica Muñoz Marrón.
Esta técnica mantiene las neuronas más activas. Haciendo un símil con el cuerpo, cuando vas al gimnasio todos los días y, de repente, paras, al volver te cuesta más hacer ejercicio. Lo que buscamos es facilitar que el cerebro vuelva a estar más activo tras perder actividad», ilustra García Fernández.
Formar sanitarios, asesorar centros y tratar pacientes
Nuestra empresa supone la transferencia de la investigación a la práctica clínica», explica Elena Muñoz. «Con la creación de la spin-off, queremos dar un empujón a estas técnicas, que son las que disponen de mayor evidencia científica dentro de las técnicas de neuromodulación no invasiva. Con lo que sabemos gracias a la investigación, ya puede llegar a la sociedad. A su vez, al aplicarla a más personas, podremos investigar más acerca de su eficacia. Buscamos ese efecto ‘bola de nieve'», detalla la investigadora. Mejorar las limitaciones motoras y cognitivas tras haber sufrido un ictus, ayudar a superar una depresión o la ansiedad, o enlentecer el deterioro cognitivo en la enfermedad de Alzheimer, tienen una gran repercusión en la calidad de vida de muchas personas que pueden beneficiarse de estas técnicas. Y no solo para ellas, sino también para su entorno y sus cuidadores, al mejorar y prolongar la independencia de las personas afectadas, en el caso del alzhéimer, por una enfermedad que aún no tiene cura», apunta Juan Luis García.
El instituto de neuroestimulación UNNE centrará sus servicios en tres ámbitos: formar a profesionales sanitarios interesados en aplicar las técnicas de neuromodulación no invasiva en su profesión; ofrecer asesoría y consultoría a los centros que deseen incorporar estas técnicas a su cartera de servicios, y facilitar tratamientos personalizados a pacientes.
UNNE favorece los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) de la ONU 3, de salud y bienestar, y 4, de educación de calidad
La investigadora
Elena Muñoz Marrón, es actualmente investigadora del eHealth Center y profesora de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC.
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